La transcripción para guitarra es la búsqueda de la resolución de un enigma. Su dificultad y la imposibilidad de realizar una comprobación objetiva, salvo en el caso de existir material audiovisual, la convierten en un arte. Este arte aparece más allá del mero reconocimiento del sonido. Éste por sí mismo no aporta más que transcripciones mediocres y vacías de auténtico espíritu guitarrístico que además desaniman a quien emprende su estudio. La parte esencial del trabajo de transcripción es el descifrado del enigma: encontrar la forma expresiva del autor, el movimiento de las manos sobre el trasteado, el juego de los dedos que nos lleva a la reproducción del sonido anhelado. Por otro lado, como todo enigma, la transcripción pierde su sentido cuando los creadores del enigma lo descubren.
Equipo
La tradicional tarjeta de sonido con su juego de altavoces para ordenador ofrecen un nivel de calidad sonora insuficiente para ofrecer detalles necesarios en una transcripción. Lo ideal sería poder escuchar la música tal cual es recogida en el proceso de grabación. Para ello es necesario disponer al menos de un equipo básico similar al que se utiliza para grabaciones domésticas: un interfaz de sonido compatible con nuestro sistema informático y unos monitores de estudio conectados con cables para señal balanceada.
A esto hay que añadir un programa compatible que permita reducir la velocidad sin mermar la calidad del sonido, la modificación de la afinación, para trabajar sin cejilla lo que ayuda al reconocimiento del trasteado, y la escucha independiente de cada canal estéreo, para obras con más de una guitarra. Como alternativa a esto último se pueden usar monitores con potenciómetros de volumen.
Destreza
Algunos aspectos a tener en cuenta en la adquisición de destreza serian los siguientes:
– Distinguir el timbre característico de cada cuerda para elegir la cuerda y el traste correctos. Esto varía con cada grabación.
– Comprobar los acordes buscando el reconocimiento auditivo de cada una de las notas independientemente.
– Diferenciar el sonido característico de cada una de las técnicas que se utilizan.
– Trabajar con distintas velocidades. Cada una nos da un aspecto diferente del sonido y realiza una función. Es necesario un uso completo de las velocidades para tener una perspectiva real. Después del trabajo básico de reconocimiento a velocidad lenta, la velocidad normal o aproximada a ella es útil para diferenciar las notas que siguen activas sin haber sido pulsadas, ya sea por duración o por simpatía armónica, para distinguir la notas pulsadas de las ligadas, sextas de baja intensidad, etc.
– Estudiar las distintas posibilidades de ejecución buscando tanto el timbre como la modulación melódica correcta. Para ello se precisa un conocimiento profundo de las técnicas habituales en el instrumento. Hay que buscar una coherencia interpretativa que en ocasiones no parece corresponderse con el análisis inicial realizado en el sonido.
Como ejercicio: escoger una obra que ya tenga una transcripción de confianza o mejor un video de referencia con el que ir cotejando las distintas técnicas y falsetas. Percibir los matices y detalles que han pasado desapercibidos e intentar reconocer estas diferencias a través del sonido. Observar la coherencia interpretativa que produce una transcripción correcta.
La coherencia interpretativa o técnica marca la diferencia entre una correcta transcripción y otra que suena como si fuera buena. La música para la guitarra flamenca está hecha desde la guitarra y una parte de la transcripción, más allá de la mera discriminación de sonidos, consiste en reconocer el modo técnico e interpretativo con el que la música es expresada.
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