El Aprendizaje
Se dice que Paco ha llegado a ser lo que es encerrándose 8 horas de estudio al día en su habitación. Lamentablemente hay muchos que lo único con lo que cuentan para hacerse guitarristas es seguir la frase literalmente. Si saco la frase de contesto y la analizo fríamente no puedo por menos que pensar que la mayoría, lo único que sacaríamos es algún tipo de desequilibrio mental o emocional. Hay que ser conscientes de que, para adquirir una formación musical completa y la técnica que hoy requiere la guitarra flamenca, es preciso disponer de maestros capacitados, un ambiente que estimule el estudio, y unas perspectivas de futuro razonables. Seamos conscientes de la situación en que nos encontramos y de lo que podemos conseguir para hacer nuestra apuesta y evitar futuras frustraciones. Pues mientras para algunos todo esto viene dado, para otros es prácticamente imposible.
El Sentir
Tocar formas flamencas no es ser flamenco. Cualquier músico puede tocar formas propias de otras músicas y culturas que le son ajenas y sentir la emoción que éstas producen. Otra cosa bien distinta es sentir desde una música. ¿Qué somos? ¿Desde qué música sentimos? Cuando necesitamos expresar una emoción, cuál es nuestro canto espontáneo, ¿una soleá? ¿un blues? ¿el pop? Para crear desde una música hay que sentir desde esa música. No nos engañemos, miremos en nuestro interior la música de nuestro corazón y asumamos nuestra identidad.
La Guitarra
Ahorrar y tener una guitarra como la de Paco o Vicente viene a ser otra mitificación en la que vivir los toros desde la barrera nos hace caer. Ya he comentado las bondades de una buena guitarra y como ésta se hace por quien la toca. En cierta ocasión, y por una única vez, tuve la posibilidad de tocar una guitarra restaurada que Paco había desechado por encontrarse en mal estado. He de decir que la impresión que aquella guitarra me dejó, ha perdurado en el tiempo. Paco le había enseñado su lenguaje, y bajo mis manos el sonido era el suyo. Nunca después he tocado una guitarra que hablara como Paco. Y esto viene a colación de que una guitarra no es como un coche, y las marcas, las etiquetas y el precio no son garantía para conseguir determinadas sensaciones o experiencias. La única manera emocional de adquirir una guitarra es probar y buscar hasta encontrar aquella que te enamore.
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